martes, 28 de octubre de 2008
Nuria Morán, "ejemplo que arrastra", nueva gerente de FELCODE.
A pesar de lo que podría pensarse de su condición de periodista, la mujer que presento trasmite mucho más con sus actuaciones que con sus palabras, así , le sería de buena aplicación el dicho "las palabras convencen pero los ejemplos arrastran". Es cierto, en el tiempo que conozco a Nuria siempre he admirado su tenacidad en mantener y lograr los objetivos del grupo, su lucidez para proponer alternativas, y su condición de bálsamo en las situaciones incómodas. Además, en el plano personal, es simpática, amable y con una alegría que contagia.
Alguno se preguntará a qué viene todo esto. Pues bien, Nuria Morán, que lleva trabajando ya algún tiempo en cooperación al desarrollo, y que ha sido compañera durante varios años en el Programa de Voluntarios Expertos desarrollado en Bolivia, ha sido seleccionada para ser gerente del Fondo Extremeño de Cooperación al Desarrollo, puesto que supone una gran responsabilidad por la cantidad de cosas buenas que se pueden hacer (y porque el listón lo han dejado alto). Felicito a la gente de FELCODE por la elección.
Desde aquí, como compañero de avatares y amigo (bueno o malo), quiero destacarla por ser una mujer punta de lanza ya que ejemplifica cómo se puede hacer cooperación extremeña de calidad. Quiero animarla en el camino de responsabilidades que comienza, y quiero recordarle que siempre tendrá el apoyo de un montón de amigos que hemos hecho opción por otro mundo posible. De corazón, mucha suerte Nuria.
lunes, 20 de octubre de 2008
LAS VÍCTIMAS DE LA CRISIS.
Resulta paradójico que los colectivos que han contribuido decisivamente a la bonanza de los años pasados (emigrantes, jóvenes, mujeres...), padezcan ahora las consecuencias de la recesión. Vinieron bien en época de vacas gordas y ahora los condenamos a las penurias y la inseguridad porque ya no los necesitamos.
Hemos vivido en la abundancia y hasta en el derroche. Y los bien situados socialmente no renuncian a su alto nivel de vida. Antes, al contrario, no son pocos los que hacen buenos negocios con la crisis. Basta recordar las compañías petroleras, que aumentan el precio de las gasolinas en cuanto sube el barril de crudo y tardan bastante más tiempo en bajarlo cuando cae el petróleo. De hecho, arrojan beneficios realmente escandalosos estos últimos años. Y lo mismo se diga de las eléctricas, una energía que consumen todos los hogares y cuyas tarifas han subido este año dos veces.
Los alimentos, algunos de primera necesidad, han tenido también un encarecimiento tremendo en pocos meses. Ciertos productos han triplicado el precio. La cesta de la compra se ha puesto por las nubes.
Pero si la situación aquí es preocupante, imaginemos lo que está ocurriendo en países con un nivel de renta bajísimo y precaria situación económica. La carestía de los comestibles es universal y está extendiendo la hambruna que asola a grandes zonas de nuestro mundo.
Urge, pues, recordar a todos que la solidaridad no debe practicarse sólo cuando abundamos y nos sobra, sino muy especialmente en estas situaciones.
En nuestro país la estructura familiar, hasta ahora al menos, ha servido de «colchón» en los momentos difíciles y los parientes más cercanos suelen prestar toda clase de ayuda (material y moral) a sus allegados que padecen más directamente los efectos de la recesión. Pero no está de más pedir que esa «buena costumbre» se ejercite con generosidad.
Hay algunos grupos que necesitan especial atención y apoyo. Me refiero a los que han llegado a nuestro país en los últimos años y han contribuido a nuestro bienestar con su trabajo –a veces en condiciones laborales y vitales penosas cuando no indignas–, también aquellos que viven de pensiones muy bajas y no tienen otros ingresos y, por supuesto, a los que están en el paro y no pueden hacer frente a sus obligaciones (alquileres, hipotecas, letras...).
Ahora menos que nunca debemos restringir la ayuda que prestamos a los desfavorecidos de nuestro país y del mundo entero. El imperativo cristiano de la caridad y del compartir debe ser primordial. A la hora de echar cuentas y ajustar nuestros gastos no podemos eliminar la partida de la solidaridad. No capearemos el temporal sin sacrificio.
También pedimos a las autoridades que no se rebajen las prestaciones sociales, que los gobiernos municipales, autonómicos y nacionales no cedan a la tentación de ahorrar en este capítulo y que, si no hay dinero para todo, no se lo quiten a quienes más falta les hace.
De la crisis hemos de salir juntos y más solidarios si cabe. Ojalá podamos decir con verdad, al final del túnel, que no hay mal que por bien no venga.
Editorial de octubre de la Revista "Mensajero".
II Jornadas de Cooperación en Extremadura
Durante el pasado fin de semana, de viernes a domingo, tuve la oportunidad de participar en las II Jornadas de Cooperación de Extremadura, fueron organizadas por JSEx y contaron con la participación de numerosos jóvenes, de diferentes organizaciones juveniles, sensibilizados con la situación de los paises empobrecidos. Iniciativas como estas deben seguir potenciándose por las Administraciones para demostrar a la gente que existimos muchos jóvenes preocupados por el mundo que nos rodea y con una opción que pueda ser ejemplo de las cosas buenas que se pueden hacer. Enhorabuena a los organizadores y ánimo para las próximas.
jueves, 16 de octubre de 2008
Un 19% de la población no tuvo comida para poder alimentarse a diario en el último año
En el día internacional de la alimentación.
"MADRID.- El aumento de los precios ha disparado la crisis alimentaria. La campaña 'Derecho a la alimentación. Urgente' denuncia que hay 75 millones de hambrientos más que en 2007, 923 millones en total. Con motivo del Día Mundial de la Alimentación, una encuesta sobre el impacto de la falta de alimentos, revela que, en el último año, un 19% de la población no ha tenido, 'frecuentemente o algunas veces', comida para alimentarse.
El sondeo, realizado por Sigma Dos, en colaboración con todas las compañías de Gallup Assotiation, en 56 países y con una muestra de 58.600 entrevistas, es uno de los mayores sobre el tema.
La encuesta sitúa en el número uno del 'top ten' de los países con mayor carestía de alimentos a Camerún. Más de la mitad de sus habitantes, el 55%, no ha tenido bastante comida el último año, porcentaje casi 10 veces mayor que la media del continente africano, (46%), si bien todos los entrevistados en este Estado eran del medio urbano.
En segundo lugar aparece Pakistán, con un 53% de población en esa misma situación, seguido de Nigeria (48%), Perú (42%), y Filipinas (40%).
Pero no sólo falta comida en el Tercer Mundo. Según este sondeo, hay países de Europa Central y del Este que superan la media mundial. En Rusia, una cuarta parte de la población (23%) tampoco comió lo suficiente en 2007. En Macedonia y Ucrania el porcentaje alcanzó el 21% y en Turquía, el 20%.
Más sorprendentes aún son los datos de Reino Unido. El 15% de los británicos reconoció no haber comido todos los días, la cifra más alta de la Unión Europea. Tras él se sitúan Grecia (13%) y Portugal (10%).
Idéntico resultado reveló la encuesta en EEUU, un 15% de cuyos habitantes declaró haber sufrido privaciones de comida en el último año.
España, entre los países mejor alimentados
España, con un 6% de población que confiesa no haber tenido qué comer, habitualmente o en ocasiones, en el último año, se encuadra entre los países mejor alimentados del mundo, con menos del 10% de su población en esta situación, a pesar de que las ONG y los Bancos de Alimentos tiene cada vez más peticiones de ayuda.
En el mismo grupo figuran Finlandia (7%), Alemania, Italia, Islandia y Suecia (4%) y Luxemburgo y Holanda (3%). Por delante de ellos están Dinamarca, Austria, Suiza y Noruega, con porcentajes insignificantes, según la encuesta.
La campaña 'Derecho a la Alimentación. Urgente' afirma que tras el incremento de los hambrientos está la subida del precio de los alimentos, que aumentó un 52% de media, llegando al 200% en algunos productos básicos como el arroz.
A la hora de buscar un culpable del alza de los precios, las ONG apuntan a las actuales políticas agrarias, "centradas en la rentabilidad", en lugar de garantizar el derecho a la alimentación.
La especulación con alimentos es otra de las causas del problema, según la campaña. "Cuando el 75% de las personas que pasan hambre trabaja en el mundo rural y cuando se generan alimentos para el doble de la población, se evidencia que la violación del derecho a la alimentación es un problema de acceso a los productos y recursos suficientes para satisfacer las necesidades de todos los habitantes del planeta", afirma.
En la misma línea se ha pronunciado Intermón Oxfam. La ONG destaca que unos 290 millones de personas se encuentran al borde de la pobreza por el encarecimiento de los alimentos y critica la respuesta de la comunidad internacional.
Como ejemplo, señala que, de los 12.300 millones de dólares comprometidos en junio por los países ricos para afrontar la crisis alimentaria, sólo se han desembolsado mil millones.
La cifra contrasta con los 700.000 millones que Estados Unidos ha comprometido para paliar la crisis financiera, máxime cuando, según Acción Contra el Hambre, con la mitad de lo que costó la T4 de Barajas, 3.049 millones de euros, se podría curar a los 19 millones de niños que sufren malnutrición aguda severa. Ante esta situación y, aprovechando que esta es la semana de lucha contra la pobreza, numerosas ONG reclaman que se aborde la crisis alimentaria desde su dimensión social, política, ambiental y nutricional."
Mapa sobre el impacto de la falta de alimentos.
lunes, 13 de octubre de 2008
A los jóvenes qué nos queda.
Moviendo papeles de un lado para otro, cayó en mis manos un poema de Mario Benedetti, y me pareció un texto punta de lanza interesante para todos los que somos jóvenes y/o convivimos con jóvenes. Es el siguiente:
en este mundo de paciencia y asco?
¿Sólo grafitti? ¿Rock? ¿Escepticismo?
También les queda no decir amén,
no dejar que les maten el amor,
recuperar el habla y la utopía,
ser jóvenes sin prisa y con memoria,
situarse en una historia que es la suya,
no convertirse en viejos prematuros.
¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿Cocaína? ¿Cerveza? ¿Barras bravas?
Les queda respirar, abrir los ojos,
descubrir las raíces del horror,
inventar la paz así sea a ponchazos,
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos,
y con el sentimiento y con la muerte,
esa loca de atar y desatar.
¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿Vértigo? ¿Asaltos? ¿Discotecas?
También les queda discutir con Dios,
tanto si existe como si no existe,
tender manos que ayudan,
abrir puertas entre el corazón propio y el ajeno.
Sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines del pasado
y los sabios granujas del presente”
A pesar de la información, de las opciones y de las herramientas que tenemos en el Siglo XXI, muchas veces no tenemos criterio propio porque nos lo impone la comodidad. Sirva este poema como aliento a los jóvenes que queremos ser jóvenes, que queremos tener opinión propia, que no queremos ser rebeldes por moda sino por opción, y que reconocemos al futuro como un proyecto común para todos.