lunes, 10 de noviembre de 2008

Obama, que nunca cambies el "yes, we can" por el "yes, I can".

No cabe duda que muchos, aunque no somos ciudadanos USA, hemos puesto parte de nuestras esperanzas en Barack Hussein Obama ya que sus decisiones influirán siempre en la marcha de esta Aldea Global. Dicen los sabios que "el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente", sin embargo hay mecanismos que atenuan esa corrupción en potencia; de todos los que podríamos numerar, son dos los que destaco: consensuar las decisiones con el mayor número de implicados posible, y no dar la espalda a las veraderas preocupaciones del ciudadano de a pie. Haciendo ejemplo con el lema utilizado en la campaña, mi deseo "punta de lanza" es que el Sr. Hussein nunca cambie el "yes, we can" por un "yes, I can".

Quién sabe si este pequeño comentario bloggero podrá llegar a oidos de la Casa Blanca. No pretendo tanto. Simplemente aportar una esperanza con algo de incertidubre a todo lo que, seguro, nos afectará.

Por cierto, este comentario me surgió escuchando una canción de Coldplay, se llama VIVA LA VIDA, además de la música que es muy buena, trata el tema de la fugacidad del poder que viene muy a propósito. Pongo la letra a continuación, es muy poética y no tiene desperdicio:

Yo gobernaba el mundo
Los mares podía elevar cuando poseía el mundo
Ahora, en la mañana duermo solo
Barriendo las calles que dominaba

Yo jugaba los dados
Sintiendo el miedo en los ojos de mi enemigo
Escuchando a la muchedumbre que cantaba
Ahora el rey murió, larga vida al rey

Un minuto tenia las llaves
Al siguiente las paredes me encerraron
Y descubrí que mis castillos estaban construidos
Sobre la arena y la sal

Escuche las campanas de Jerusalem sonar
Los coros de la caballería romana cantaban
Se mi espejo, mi espada y mi escudo
Mis emisarios en campo desconocido

Por alguna razón que no puedo explicar
Nunca hubo
Una palabra honesta, nunca
Y así era cuando gobernaba el mundo

Hubo un malvado y salvaje viento
Que sopló las puertas y dejó entrar
Ventanas destrozadas y el ruido de tambores

Los revolucionarios esperan
Mi cabeza en bandeja de plata
Solo un títere colgando de un solo hilo
Oh, Quien alguna vez no quiso ser rey?

Escuche las campanas de Jerusalem sonar
Los coros de la caballería romana cantaban
Se mi espejo, mi espada y mi escudo
Mis emisarios en campo desconocido

Por alguna razón que no puedo explicar
Se que San Pedro no me llamará por mi nombre
Nunca una palabra honesta
Y todo eso cuando gobernaba el mundo




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