lunes, 24 de agosto de 2009

La necesaria radicalidad


Algunas consideraciones sobre la radicalidad como forma de vida extraídas del Editorial de el último número de "El Ciervo" (que cumplen 700 números).
"Radical en sus convicciones, que significa que se apuesta por ellas más allá de las circunstancias, que se combate con fervor y sentimiento por ellas, que en no pocas ocasiones se es profeta de ellas –es decir, que se sabe anticiparse a que sean causa común–, que lo que hiere y duele es que se traicionen o abandonen"[...]
"
busco en el diccionario etimológico de Joan Corominas. Y hallo que radical viene de raíz, que radical es “el que toma las cosas desde la raíz”. De lo que deduzco que nuestra apuesta debe ser doble: la fidelidad a las raíces por las que ha optado y la búsqueda de las nuevas opciones que la realidad actual en la que vivimos nos planteen. En uno y otro caso, con exigencia, con esperanza, incluso desde aquella fe –cristiana y humana– que incluye una ilusionante utopía que sabe trabajar desde el realismo.
Radicalismo es, por tanto, lucha, opción convencida, que tiene bastante de intransigencia ante las posiciones ambiguas, neutras, sosas. Es audacia intrépida. Pero es al mismo tiempo una opción que surge desde la comprensión y el diálogo con quienes de otro modo opinan. La radicalidad, en El Ciervo, siempre ha intentado no ser extremosa, ha tenido algo de aquel seny que se atribuye a los catalanes. Ser radical no significa perder el buen humor, todo lo contrario".

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